Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Crónicas 34, 10-23

10 Lo pusieron en manos de los que hacían el trabajo, los encargados
de la Casa de Yahveh, y éstos se lo dieron a los obreros para
reparar y
restaurar la Casa.

11 Lo dieron a los carpinteros y obreros de la construcción para
comprar piedras de cantería y madera y vigas de trabazón
para el
maderamen de los edificios destruidos por los reyes de Judá.

12 Estos hombres ejecutaban los trabajos honradamente. Estaban bajo
la vigilancia de Yájat y Abdías, levitas de los hijos de Merarí, y de Zacarías
y Mesul-lam, de los hijos de Quehat, que les dirigían, y de otros
levitas;
todos ellos maestros en tañer instrumentos músicos.

13 Dirigían también a los peones de carga y a todos los que trabajaban
en la obra, en los distintos servicios. Entre los levitas había
además,
escribas, notarios y porteros.

14 Cuando estaban sacando el dinero traído a la Casa de Yahveh, el
sacerdote Jilquías encontró el libro de la Ley de Yahveh dada por Moisés;

15 y Jilquías tomó la palabra y dijo al secretario Safán:
«He
encontrado el libro de la Ley en la Casa de Yahveh»; y Jilquías entregó el
libro a Safán.

16 Safán llevó el libro al rey, y le rindió cuentas diciendo: «Tus
siervos están haciendo todo lo que les ha sido encargado.

17 Han fundido el dinero traído a la Casa de Yahveh y lo han
entregado a los encargados y a los que trabajan en la obra.»


18 El secretario Safán anunció al rey: «El sacerdote Jilquías me ha
entregado un libro.» Y Safán leyó una parte en presencia del rey.

19 Cuando el rey oyó las palabras de la Ley, rasgó sus vestidos,

20 y ordenó a Jilquías, a Ajicam, hijo de Safán, a Abdón, hijo de
Miká, a Safán, secretario, y a Asaías, servidor del rey:

21 «¡Id!; consultad a Yahveh por mí y por el resto de Israel y de Judá,
acerca de las palabras del libro que ha sido encontrado, porque grande es la
cólera de Yahveh que se derrama sobre nosotros; pues nuestros padres no
han guardado la palabra de Yahveh haciendo conforme a todo lo escrito en
este libro.»

22 Jilquías y los enviados del rey fueron donde la profetisa Juldá,
mujer de Sallum, hijo de Toqhat, hijo de Jasrá, encargado del
vestuario;
vivía ella en Jerusalén, en la ciudad nueva; y ellos le hablaron conforme a lo
indicado;

23 ella les respondió: «Así habla Yahveh, el Dios de Israel: Decid al
hombre que os ha enviado a mí: